4 posiciones


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Las cuatro posiciones existenciales* son un concepto acerca del cual escribió ampliamente el Dr. Thomas Harris como un enfoque práctico del análisis conciliatorio o análisis transaccional, modelo de psiquiatría social creado en la década del 60 por el Dr. Eric Berne como "una teoría de la personalidad y de la acción social, y un método clínico de psicoterapia basado en el análisis de todas las transacciones posibles entre dos o más personas sobre la base de estados del yo específicamente definidos”.

Es muy importante que comprendas que la presente explicación no es una apología de dicha teoría ni una explicación profesional o clínica, sino solo un enfoque práctico aplicado, mi interpretación personal, aplicada exclusivamente a la oratoria, y como tal, solo debes tomarla como un simple punto de referencia y ejemplo, no como una definición inflexible ni dogmática se la teoría.

Esta explicación no tiene nada que ver con traumas de la niñe ni con la trayectoria de vida de las personas, tampoco con las relaciones humanas desde un punto de vista clínico. 

Son cuatro posiciones que cualquier orador puede tener en cuenta al relacionarse con sus oyentes al preparar y presentar su discurso, y son:

1. YO ESTOY BIEN/TÚ ESTÁS BIEN
2. YO ESTOY BIEN/TÚ ESTÁS MAL
3. YO ESTOY MAL/TÚ ESTÁS BIEN
4. YO ESTOY MAL/TÚ ESTÁS MAL

Al dirigirse a otra persona, y en este caso, al auditorio, el orador inicia, ya sea consciente o inconscientemente, una acción social basándose en una de las mencionadas posiciones existenciales.

No es que abiertamente lo diga con palabras: "Yo estoy bien, ustedes están mal" o "Yo estoy bien, ustedes están bien", sino que tambien puede hacerlo sutilmente mediante su forma de expresar lo que piensa o siente, es decir, con su volumen, pronunciación, tono, velocidad, postura, ademanes, adjetivos, indirectas, insinuaciones o su actitud en general.

Por ejemplo, si junta apretadamente sus manos o se las soba a cada rato, como si estuviera lavándoselas, o fluctuara su volumen sin control, como para darse ánimo a sí mismo, probablemente sus oyentes pensarían: "Se nota que no se siente a gusto de estar allí, frente a nosotros", o: "A las claras, está con los nervios de punta", o peor: "Parece que no tiene confianza". En otras palabras: "No se siente bien".

Y no es que el auditorio lo piense, sino que lo percibe o siente con sus emociones. Los oyentes suelen reaccionar de manera emocional, espontánea e involuntaria.


Una pregunta sencilla que el orador podría deslizar con un tono cariñoso, como por ejemplo: "¿Estamos cooperando con toda el alma?", o una aparente declaración positiva, como: "Sé que se están esforzando, pero ¿podrían esforzarse un poquito más?", podría percibirse como una declaración negativa que los oyentes procesen como: "Ustedes no están cooperando como yo espero", o peor: "¿Qué se han creído? ¡No están haciendo nada, holgazanes!".

Que lo diga sonriendo, con dulzura o despacio no modifica el impacto, incluso tal vez endurezca la percepción conduciendo a un terrible malentendido. Si a los oyentes les suena a recriminación o condena, ya empezó mal su discurso..

Han sido colocados, por decirlo así en la posición YO ESTOY BIEN/TÚ ESTÁS MAL y no lo asimilarán tan fácilmente. Quizás saquen un escudo y se la devuelvan pensando: SÍ, NOSOTROS ESTAMOS MAL/PERO TÚ TAMBIÉN ESTÁS MAL, O PEOR.

En otras palabras, reaccionan a lo que suponen que no debió expresar con tanta rudeza. Quizás estaban dispuestos a aceptar una crítica o corrección, pero no en esos términos.

En cambio, si dice: "Todos estamos cooperando con toda el alma y esforzándonos", quizás anime al que no está cooperando y lo induzca a pensar: "Creo que tengo que esforzarme un poco más" y lo motive a mejorar su desempeño, porque cada uno está consciente de lo que hace.

Aunque modifique su posición durante el discurso, será muy difícil, si no imposible, cambiar el concepto que el auditorio se formó con la primera impresión (a no ser que la primera impresión hubiera sido tan solo un teatro para ilustrar algún comportamiento indeseable).

Las cuatro posiciones serían, por tanto, de negativo a positivo:

4. USTEDES ESTÁN MAL/YO ESTOY MAL
3. USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY MAL
2. USTEDES ESTÁN MAL/YO ESTOY BIEN
1. USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY BIEN (esta última es la más recomendable)

Veámoslas por separado:

Posición 4 (USTEDES ESTÁN MAL, YO TAMBIÉN ESTOY MAL)

Desde esta posición, el orador se dirige a sus oyentes dándoles a entender que son unos débiles, ineptos, incompetentes, tontos, brutos, equivocados, fracasados, farsantes, hipócritas o despreciables, pero él mismo proyecta una imagen fuerte, apta, competente, dominante, intolerante, ruda o disfrazada (la esencia del egotismo y la arrogancia). Desde su óptica, ¡todos ellos están mal! Pero ellos le devuelven el bulto pensando: "el que está mal, eres tú", rebotando el impacto.

En tal caso, el auditorio tal vez coopere (si ve que los incentivos son irresistibles). Pero no lo harán de corazón, sino solo por un interés egoísta. Si la motivación no es del agrado del auditorio, lo más probable es que no cooperen ni en sueños. Solo lo harán al grado y por el tiempo que piensen que valdrá la pena soportarlo.

En un plano de menor intensidad el orador tal vez decida proyectar la imagen de que todos estamos mal (incluyéndose a sí mismo) porque somos imperfectos, a fin de destacar que en conjunto podríamos mejorar un poquito aplicando ciertos consejos.

Posición 3 (USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY MAL)

Desde esta posición, el orador se dirige al auditorio proyectando una imagen débil, tímida, inepta, disminuida, pobre e incapaz de hacer un buen discurso, o quizá pensando que sería mejor que lo hiciera otra persona, mientras ve al auditorio como un juez implacable e inmisericorde que lo derrotará y criticará de manera fulminante. Con una actitud así, sus oyentes difícilmente se sentirán impulsados a cooperar.

Dicha posición podría inspirar lástima. Aunque el oyente perciba que el orador respeta y encomia al auditorio, no siente lo mismo por él. El resultado es un escaso poder de convocatoria. No despertará ningún deseo de cooperar. No le harán caso.

En un plano de menor intensidad, por alguna razón en particular, el orador tal vez decida proyectar una imagen de inferioridad, considerando superiores a sus oyentes ("ustedes son importantes para mí") para destacar su humildad. Pero lo haría para enfatizar su convicción de que no tiene intención de imponerles nada, sino solo de contribuir a su desarrollo y progreso.

Posición 2 (USTEDES ESTÁN MAL/YO ESTOY BIEN)

Desde esta posición, el orador se dirige al auditorio proyectando una imagen exagerada de sí mismo (o de la entidad que representa), como si estuviera andando sobre las nubes, con la nariz en el cielo y la boca en la tierra, dando la impresión de que se considera un modelo perfecto. 

En este caso parece proyectar la imagen de un dios, o que sus oyentes son de una casta, clase o raza inferior, unos lastimosos, incapaces e ignorantes ("si ustedes no son como yo, no valen nada"). Probablemente cooperen, pero porque se sienten intimidados o forzados, o porque los incentivos son irresistibles, pero no porque realmente deseen cooperar. 

Dicha posición muy probablemente despierte antagonismo, desprecio o rechazo de una gran parte del auditorio. El oyente se siente indispuesto a cooperar, no da su brazo a torcer. Seguramente opondrá resistencia de maneras poco disimuladas. 

Es una posición tan peligrosa que podría provocar que le arrojaran huevos, si no físicamente, por lo menos imaginariamente. Por decirlo de otra manera, gana a corto plazo, pero fracasa a mediano y largo plazo.

En un plano de menor intensidad se consigue el mismo efecto. Es una posición detestable. Impacta desagradablemente el amor propio de cualquiera.

Posición 1 (USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY BIEN [la más recomendable])

Desde esta posición, el orador se dirige al auditorio sintiéndose equilibrado, aplomado, digno y seguro de sí mismo.  Inspira en sus oyentes el sentimiento de que los considera como sus iguales, como personas que merecen toda su dedicación y aprecio. Está asumiendo la posición existencial N°1. 

¡Todos estamos bien en algún sentido! Esta es la posición ideal para un desempeño excelente en oratoria. Demuestra respeto por los derechos humanos. Los oyentes se sienten animados a reflexionar y depositar su confianza. Sin duda se esforzarán por poner en práctica las sugerencias que reciban. Su mente y corazón están abiertos. 

En este caso, no sería raro que reaccionaran con un aplauso generoso. "¡Todos estamos bien!", en el sentido de que vamos juntos en el camino del progreso, no en el sentido de que nadie nos puede dar consejos o que no necesitemos nada de nadie.

Imagina que el orador dijera algo como esto: "Todos solemos esforzarnos por aquello que más queremos. Cada vez que deseé algo con todo mi corazón, me esforcé al máximo por conseguirlo, pero en el fondo me quedaba la sensación de que tal vez no me había esforzado lo suficiente. Y cuando le ponía corazón y hacía mi mejor esfuerzo, aunque no lo consiguiera, esa noche dormía plácidamente sabiendo que hice el máximo. Eso me impulsaba a seguir intentándolo cada día. El resultado fue que la siguiente vez lo lograba y me sentía feliz. ¿No le ha sucedido eso a usted también a veces? ¡Claro! A todos nos encanta alcanzar nuestras metas. Es cierto. Pero en el fondo, lo que más nos gustó fue el esfuerzo que hicimos, no tanto la meta en sí misma. Porque superamos temores, encaramos decepciones, invertimos dinero, nos recuperamos de mil fracasos, vencimos contra la indiferencia de las personas negativas y saboreamos un éxito que sabíamos que nos pertenecía. (Fue como decirles: "Ustedes están bien. Yo estoy bienSigamos estando bien a pesar de las circunstancias y al final nos sentiremos mejor que nunca".

Mi consejo es que el orador inicie y mantenga en todo momento la posición 1, y evite a toda costa cualquier rasgo, postura, opinión o comentario dogmatico que lo sitúe en la posición 2. Y solamente valerse en menor intensidad de las posiciones 4 y 3 cuando lo exijan las circunstancias, calculando bien y de antemano la sinergia que podría generar. MÁS

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