¿Cómo saber si tu discurso dio en el clavo y que tus oyentes no quedaron con dudas? Esa preocupación se reduce al mínimo cuando estudias y aplicas correctamente Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público, Ganar Confianza y Relacionarse con los Demás. Porque estas contienen la receta ideal para ayudarte a preparar prácticamente cualquier discurso.
En repostería, las tortas te saldrán tal como dice la receta, ¿no es cierto? La receta es la clave para ir añadiendo los ingredientes en la cantidad y momento indicados. Igualmente, cada elemento de Las 4 Leyes llena una necesidad del auditorio. Si llenas esa necesidad, puedes considerar que tus oyentes han quedado satisfechos en sentido intelectual y emocional.
Las 4 Leyes te indican todo lo que tienes que hacer antes de dar el discurso, lo que debes hacer durante el discurso y hasta lo que te conviene hacer después del discurso. Poco a poco, en la medida que analices e investigues dichos componentes, tu seguridad respecto a este asunto aumentará.
Por otro lado, tal como ocurre con los dulces, aunque una torta te salga de mil maravillas, siempre habrá alguien a quien no le guste esa clase de preparación, o que no le gusten los dulces en absoluto. En ese caso, diríamos que las limitaciones las ponen ellos según el techo mental y emocional que a sí mismos se impongan. Tu responsabilidad, como toda obligación, también tiene límites. Tu misión es explicar tu tema y agotarlo. Si algún oyente desea saber más, es su propia carga de responsabilidad conseguir la información, no tuya.
Por eso, el que hagas tu parte lo mejor posible no significa que tengas que satisfacer demandas que no te compete satisfacer. Por ejemplo, un gran físico nuclear no tiene por qué saber cómo se repara un zapato, ni un zapatero por qué saber cómo se dispara un cohete a la Luna. Mientras tú agotes tu tema dentro de los linderos que te trazaste está bien. El problema ocurre cuando no te preparas debidamente y por eso tus oyentes quedan insatisfechos. En tal caso, es tu responsabilidad impartir toda la explicación necesaria.
Por eso los oradores que practican la oratoria sin contar con un conocimiento debidamente organizado que les permita verificar con exactitud todos los requerimientos del discurso, están más perdidos que un león miope. Nunca logran saber cúando realmente dieron en el clavo.
Te animamos a visitar nuestra página de Las 4 Leyes y comenzar a utilizar este interesante conocimiento para verificar que realmente estés dando en el clavo de las necesidades de tus oyentes. Si quieres ir directamente a nuestras listas de verificación de objetivos, llamadas hojas de opinión o tablas de evaluación, haz clic aquí.
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