¿Qué es tener criterio?

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El criterio es una de las principales piezas del rompecabezas para cultivar la responsabilidad de tomar las mejor decisión.

Pero para ganar experiencia tomando buenas decisiones uno tiene que acostumbrarse a pensar con anticipación en las probables consecuencias y poner mucha atención a los resultados, efectos y reacciones después de llevarlas a cabo.

Por ejemplo, si uno manipulara sin precaución unos cables eléctricos con la intención de reparar el enchufe de una lámpara y recibiera un sacudón, ¿qué aprendería?


Aprender significa agarrar, atrapar, pescar o cazar cierta información. Es como si un león persiguiera, atrapara y devorara una gacela, o como si un pescador arrojara un cordel, enganchara un pez espada y lo subiera al bote.

Uno aprende cuando atrapa un dato y lo hace suyo por medio de usarlo. Al usarlo se convierte en conocimiento y experiencia. En otras palabras, aprender significa convertir la información en conocimiento. Es como ponerle un enchufe a unos alambres pelados con el propósito de encender la lámpara.

La información por sí sola quizás sea muy interesante. Pero hasta que no la haces parte de ti, no se convierte en conocimiento ni mucho menos en sabiduría. Lógicamente, tampoco te serviría de nada. No conseguirías ningún resultado ni nada que sea de beneficio alguno.

La luz del conocimento solo se enciende si usas la información; y se convierte en sabiduría si lo usas correctamente. Solo entonces ilumina tu camino.

O sea, si llevas la información a la práctica, se convierte en conocimiento. Si aplicas dicho conocimiento de modo que produce un resultado correcto o apropiado, se transforma en sabiduría.

Por tanto, uno es sabio cuando atrapa la información, la hace suya y la aplica correctamente.

Entonces, ¿qué aprendería uno si recibiera un sacudón por manipulara sin cuidado unos alambres pelados con la intención de conectar una lámpara?

Quizás una persona aprendería que primero debió leer las instrucciones, preguntar a alguien de experiencia o investigar en Internet la manera correcta de hacerlo y qué precauciones debió tener en cuenta.

Otra probablemente aprendería que no todo lo que parece simple resulta tan simple como parecía, y que hasta podría ocultar o presentar un aspecto complicado, algo muy difícil de poner en práctica o tan siniestro que hasta podría causar un accidente, incluso una muerte.

Otra tal vez aprendería que es mejor llamar a un electricista a fin de no perder tiempo.

Otra quizás aprendería que el costo de llamar a un electricista no se compararía al costo de terminar en el hospital. "Lo barato puede salirme caro".

Otra podría aprender que sería mejor comprar una lámpara de marca confiable, una que ofrezca una garantía y no dé tantos problemas.

Otra aprendería que sería más conveniente adquirir una lámpara nueva, en vez de seguir reparando la vieja.

Otra tal vez disponga de mucho tiempo libre y comience a pensar en la posibilidad de tomar un curso básico de electricidad, solo para incrementar sus conocimientos sobre la materia, a modo de pasatiempo.

Otra podría decidir que nunca más volvería a meter las manos en asuntos que pongan en riesgo su salud.

Otra podría aprender una lección más de lo que significa respetar las leyes de la naturaleza.

Y la lista de posibilidades podría seguir hasta dejarnos asombrados de la cantidad de cosas que se pueden aprender de recibir un sacudón eléctrico.

Ahora supongamos que una sola persona lograra pensar en todas esas probabilidades, no solo en una o dos. Habría atrapado la información, es cierto. ¿Pero qué hará con ella? ¿Adónde la llevarán las deducciones que sacó de su descubrimiento?

Cuanto más información atrape, transforme en conocimiento y luego en sabiduría, más veces obtendrá buenos resultados, ampliando su criterio.

Es interesante que al ampliar su criterio, por no haberse conformado con uno o dos aspectos del asunto, sino con todos los que pudo tener en cuenta, no solo ha ensanchado su base para llegar a más deducciones productivas, sino que han crecido sus ansias de saber.

Hay personas que solo se conforman con una definición simple, otras investigan un poco más profundamente porque quieren expandir su sabiduría disfrutando  de una base más ancha para sus conclusiones. ¿Cuál de las dos estará mejor capacitada con recursos para enfrentar lo desconocido, los problemas y dificultades, las decepciones y cualquier cosa que se le ponga enfrente?

Se cumplirá para ella el dicho: "El sabio absorbe y adquiere más sabiduría", lo cual le produce cada vez más resultados positivos, eficaces y productivos, retroalimentando no solo su criterio, sino sus éxitos y perspectivas.

Por ejemplo, ¿no has oído decir a cierto delincuente que terminó purgando veinte años o más años en prisión: "Todo estaba saliento perfecto"? Pero si todo estaba saliendo perfecto, entonces ¿por qué todo terminó mal? ¿Qué fue lo que pasó por alto? ¿Qué tornillo le faltó al motor de su motivación? ¿No será que desde que se originó su idea sus decisiones estuvieron equivocadas? Supuso que obtendría un gran beneficio quitándoselo a otro. Un criterio acertado le hubiera susurrado en la conciencia: "Eso no es cierto, no lo hagas, no funciona, lo que mal empieza, mal termina, uno cosecha lo que siembra".

La leyenda de Robin Hood es tan interesante que muchos pasan por alto dos factores muy importantes: Uno, que constantemente estuvo en peligro de muerte, y dos, que finalmente murió. ¡No era inmortal! Pudo haber muerto en su primera fechoría, que es lo que muchas veces les ocurre a quienes imitan su ejemplo y se creen intocables, inimputables e impunes, como si las consecuencias nunca los alcanzaría. 

Por tanto, criterio es la norma que uno adquiere y utiliza como recurso intelectual para observar y separar diferentes conceptos, analizándolos y comparándolos con otros a fin de llegar al fondo de la verdad y quedar en la mejor posición o competencia para tomar una decisión que genere resultados eficaces, no perjudiciales.

Decimos que algunas personas tienen un buen criterio, otras, poco criterio, y aún otras, que no tienen ningún criterio.

Consiguen un buen criterio quienes con los años y la experiencia desarrollan una norma para evaluar las cosas y tomar decisiones, al principio entre dos opciones, después entre más opciones. Se vuelven expertos armando su rompecabezas.

Otras tienen poco criterio porque todavía no les queda muy claro cómo evaluar las cosas ni han disfrutado del éxito que significa tomar decisiones que den buenos resultados. Su rompecabezas todavía les parece muy difícil de armar.

Y otras no tienen la más remota idea de lo que significa el criterio ni por qué suelen tomar malas decisiones. Son los que obtienen resultados que siempre las dejan frustradas. Nunca terminan de armar su rompecabezas.

"Señora, ¿no se da cuenta de que está comprando medicinas baratas, pero que tienen fecha de vencimiento de hace tres años? ¿No comprende que eso perjudicará más su salud y que está fomentando el comercio ambulatorio ilegal? ¿Sabe usted lo que está haciendo?", pregunta la reportera. Pero la respuesta es: "¡Qué puedo hacer, señorita! ¡No me alcanza la plata para comprar en la tienda!".

"Señor, ¿va usted a votar por esa persona, sabiendo que ha robado y tiene denuncias por malversar los fondos públicos?", pregunta el reportero. Y la respuesta es: "Sí, comprendo. Pero ese señor hace obras. Los otros roban, pero no hacen obras".

"Señor, ¿se opone usted?", le pregunta el reportero a un manifestante que vocifera violentamente caminando por las calles junto con una gran multitud enfervorizada que se opone a cierta decisión de las autoridades. Y la respuesta es: "¡Sí, señor! ¡¡Me opongo rotundamente!!". El reportero vuelve a la carga: "¿A qué se opone usted?". Y el manifestante lo mira, pasmado, tuerce el rostro y responde: "¡Ay, me agarró! La verdad es que no sé".

Esas son situaciones tomadas de la vida real que aparecieron en los noticieros de la noche. ¿Dirías que las tres respuestas tienen como base un criterio acertado y darán buenos resultados?

Hay ciertas cualidades cualidades que ayudan a impulsar a las personas a tomar mejores decisiones y alcanzar mejores etapas en la vida. Esas cualidades son, entre otras:
  1. Amor al trabajo
  2. Afán por el ahorro y la inversión
  3. Deseos de superación
  4. Honradez
  5. Limpieza
  6. Orden
  7. Puntualidad
  8. Responsabilidad
  9. Respeto a los derechos de los demás
  10. Respeto a la ley y los reglamentos
Estas diez valiosas cualidades [aquí dispuestas en orden mnemotécnico] conformaron lo que Octavio Mavila denominó El Decálogo del Desarrollo y le sirvió de base para fundar en 1990 el Instituto de Desarrollo Humano [INDEHU]. Todas coadyuvan al desarrollo de un mejor criterio.

Es verdad que la salud es importante, que las elecciones son necesarias para escoger a las autoridades, y que la libertad de expresión es un derecho consagrado en la Constitución. Pero ¿es esa toda la base para formarse un criterio sólido que produzca buenos resultados? Evidentemente, no. Se necesita más información, más conocimiento y más sabiduría.

Uno cultiva un buen criterio cuando se acostumbra a observar los componentes o factores de un asunto y los analiza por separado así como la manera como se relacionan con otros y los resultados que produce.

A modo de ilustración: Un motor es un sistema compuesto por diferentes piezas que hace funcionar un sistema más grande, transformando cierto tipo de energía (por ejemplo, electricidad o combustible) para conseguir otro tipo de energía (por ejemplo, energía mecánica) que produce fuerza o movimiento.

Por ejemplo, un camión tiene un motor que lo impulsa hacia delante o atrás. El motor es un sistema, pero el camión es un sistema más grande, que, a su vez, es utilizado para trasladar a personas o cosas de un lugar a otro.

Un mecánico experto es alguien que ha adquirido capacitación para examinar cada una de las piezas de un motor, ya sea para armar uno o para repararlo. ¿Y cómo adquirió dicha capacitación? Por estudio y experiencia.

Así como el mecánico, el que quiera llegar a ser un juez digno del título, también tiene que aprender a ser un crítico eficiente por medio de recibir capacitación hasta llegar a ser competente separando, observando, analizando y evaluando diferentes asuntos a fin de llegar al fondo de la verdad y emitir un veredicto correcto. Y así como hay muchos tipos de motor, también hay jueces especializados en los muchos campos de la actividad humana.

Criticar es un asunto serio que implica observar, separar y analizar diferentes conceptos para obtener un razonamiento lógico, adecuado, válido y ajustado a la verdad. No se trata de una simple opinión o juicio lanzado al aire irresponsablemente sin tener en cuenta los efectos o resultados.

Si tomo una medicina con fecha de vencimiento de hace tres años, causaré un grave daño a mi salud. Si elijo mal a las autoridades, les daré poder para tomar malas decisiones que, a la larga me resultarán perjudiciales. Y si ejerzo mi derecho a la libertad de expresión sin saber de qué trata el asunto, no solo me expondré al ridículo, sino al repudio de los que se den cuenta de mi falta de criterio.

Por otro lado, un criticón es alguien que critica mucho, generalmente con exageración de los hechos, lanzando afirmaciones y especulaciones como si fueran dardos o flechas encendidas, caiga quien caiga, sin importar las consecuencias. Le tiene sin cuidado el daño que sus palabras o acciones podrían causar a otros. Su slogan preferido es "Yo solo digo la verdad", como si decir la verdad fuese todo lo que cuenta.

Se ha sabido de personas que se quitaron la vida porque no soportaron cierta crítica infundada, lanzada temerariamente por gente inescrupulosa que se atrevió a hacer comentarios punzantes sin haber llegado realmente al fondo de la verdad ni haber tenido misericordia de quienes sufrieran por un malentendido. Dicho sencillamente, un criticón no es competente para criticar, en el buen sentido de la expresión.

También es amplio conocido que algunos juicios resultaron en juzgar a la persona equivocada de una manera equivocada, lo cual llevó a su suicidio en la cárcel.

Es cierto que un juez no puede ser cobarde. Pero no sería competente para juzgar ni alguien de quien se podría decir que tiene buen criterio, si pasa por alto factores importantes que lo llevarían a decisiones más acertadas. Ser valiente no es todo lo que cuenta.

Es interesante que la palabra criterio y crítica estén estrechamente emparentadas con la palabra crisis, que significa separar algo, pero no como partes de un todo para analizarlo. Por ejemplo, un motor puede separase en sus diferentes partes. Crisis es, más bien, una separación a modo de ruptura. Por ejemplo, un jarrón que se rompiera en mil pedazos.

Siendo que una crisis consiste en una separación en forma de ruptura que demanda una observación, análisis y reflexión con la finalidad de realizar una reparación o corrección, se exigiría una modificación o corrección en los procesos para enfrentar, por ejemplo, una crisis [o ruptura] económica.

Igualmente, una crisis familiar a veces exige consultar con un especialista en relaciones familiares a fin de que observe la situación, aísle los detalles y los analice para evaluar todo, llegar al fondo de la verdad y ayudar a los implicados a restaurar la paz y armonía en el hogar.

En una organización, el criterio de los que la componen es de vital interés para los accionistas. Porque el éxito o fracaso de los proyectos finalmene dependerá del criterio de quienes tengan a su cargo la resposabilidad de tomar las decisiones, sean grandes o pequeñas. Desde el encargado del mantenimiento y el portero del edificio hasta la Gerencia y los miembros del Directorio, todos manifiestan a diario un criterio que arroja resultados. 

Por lo tanto, un criterio eficaz es el recurso intelectual que desarrollamos con el tiempo, el estudio y la experiencia, observando y separando los diferentes conceptos de los asuntos con la finalidad de analizarlos, comparándolos con otros, a fin de llegar al fondo de la verdad y quedar en la mejor posición o competencia para tomar decisiones que generen resultados eficaces.

Bien se ha dicho que el criterio se desarrolla principalmente en el hogar, desde que el niño tiene uso de razón y da sus primeros pasos, y que si no se ha desarrollado, aún podría conseguirse a punta de esfuerzo y estudio, aprendiendo de los errores y fracasos propios y de los demás.

Por eso, acopia información y conocimiento y transfórmalos en sabiduría, las tres etapas para cultivar un criterio amplio. Y cultiva cualidades como el amor al trabajo, afan por el ahorro y la inversión, deseos de superación, honrdez, limpieza, orden, puntualidad, sentido de responsabilidad, respeto a los derechos de los demás y respeto a la ley y los reglamentos, que coadyuvarán al desarrollo de un criterio eficiente y eficaz.

Se dice que una persona tiene un buen criterio cuando su desempeño generalmente se caracteriza por tomar decisiones acertadas que llevan a resultados productivos, lo cual le merece el respeto de sus semejantes y un merecido reconocimiento por su ética personal. ¡Cuánto mejor si se enseña y aprende en el hogar!

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